Web tatengue: diciembre 2011

Hace poco más de un año, aquella exquisita definición agónica de Pablo Pérez nos dejaba en una posición expectante de cara al futuro. Nuestro brindis navideño y de fin de año estuvo marcado por un mismo y único deseo: el retorno a Primera División. Muchas cosas pasaron desde entonces y casi desde los primeros minutos del año 2011 que hoy está pronto a despedirse.

La pretemporada en Uruguay, aquel torneo ganado en tierras charrúas que sería una premonición de lo que vendría luego, partidos amistosos en la Tatenguita con la presencia de hinchas ansiosos por el reinicio del Torneo, los primeros partidos, los triunfos en seguidilla, la llegada del plantel a la sede tras el triunfo ante Tiro, la noche histórica en que a Santa Fe y Paraná la separaron más de 4 horas de caravana y luego esa racha negativa que despertó algún que otro fantasma y angustia. Fue la época de las frases célebres del foro…. ¡minga, minga, mingaaaaa nos van a ganar!....¡esto es Unión carajo, acá nadie se rinde!

Y así, entre alegrías, festejos, apuestas, cálculos y promesas, encaramos la recta final, esa que cada día nos acercaba más al sueño, ese sueño que hacía que cada partido de los últimos que empezamos a disputar fuesen motivo de emociones fuertes, de llanto, de éxtasis. ¿Acaso alguien podrá olvidar la tarde que el Gigante de Arroyito enmudeció y nos trajimos 3 puntos de oro? ¿Acaso habrá algún Tatengue sobre la tierra que no se haya quebrado hasta las lágrimas con aquel cabezazo letal de la querida Chancha? Ese gol lo fue todo, para muchos fue incluso el gol del ascenso por sobre el de Velásquez a Ferro que no hizo más que sellar lo que el destino ya había determinado, por la trascendencia de ese gol, porque la Chancha estaba en deuda, una deuda que ese día saldó y ¡de que forma!

Y llegó el día esperado, tal vez ni siquiera sea necesario recordarlo con palabras porque todos y cada uno de nosotros lo lleva grabado a fuego en el corazón y en la mente. Aquella tarde-noche nos regalamos la fiesta que nos merecíamos, de esas que nadie nunca podrá olvidar, de esas que seguramente quedarán en nuestra memoria como uno de los momentos más hermosos y felices de nuestras vidas.

Pero el 2011 nos tenía guardadas más sorpresas aún. En una ciudad futbolera como Santa Fe, un país futbolero como el nuestro, todos sabemos perfectamente que no todos los clásicos tienen el mismo valor. Están “ésos” que por definir una final, o por cerrar un siglo de historia, o por marcar el regreso del clásico partido, son especiales y quedan en el podio de la historia de los clásicos, ya sea en la historia de los vencedores como en la de los vencidos. ¡Volvió Papá! Y ese 0-2 con Rosales y Montero como abanderados del regreso triunfal también quedará para siempre en los corazones de todos los santafesinos.

En el medio, alternamos buenas y malas, aunque el balance general nos lleva a recordar el triunfo agónico ante el gran Vélez con todo su potencial, el triunfo antes San Lorenzo, los 3 puntos traídos de Bahía Blanca con mucha garra, la sufrida victoria ante Banfield, esa tarde ante Newells, ¡donde no faltó nada!… Y el primer objetivo alcanzado de los 25 puntos.

Somos muy pasionales y no hay un solo día de nuestra existencia en la que no pensemos y no hablemos de Unión. Hoy ya estamos analizando la continuidad de algunos jugadores, la salida de otros, la llegada de refuerzos. Pero este 2011 fue un año muy intenso, muy emotivo y todos los Unionistas nos merecemos vivirlo a pleno hasta el último segundo. Ya tendremos tiempo de hablar de nombres, del equipo, de esquemas. Nosotros también ya “jugaremos” nuestra pretemporada, pero en las últimas horas de este año maravilloso, debemos, en primer lugar, agradecer por todos los momentos que vivimos, porque seguramente ni el más optimista de los Tatengues, podía imaginar todo lo lindo que nos pasaría durante este año. En segundo lugar, disfrutar de este presente alentador y finalmente, sobre las últimas horas de este 2011, levantar nuestras copas y brindar por que todos juntos sigamos haciendo grande a nuestro viejo y querido Unión.

Nuestro incansable corazón Tatengue tiene lugar para alojar nuevos sueños. Unión somos todos y el compromiso para el 2012 que se aproxima será dar, como siempre, nuestro inquebrantable apoyo al proyecto futbolístico e institucional.

¡Salud, querido Unión de Santa Fe! ¡Salud, amigos Tatengues!